La filigrana es una de las técnicas de joyería más antiguas y refinadas, se remonta a miles de años y se practica en varias culturas de todo el mundo. En Portugal la filigrana ganó un lugar especial, destacando por su delicadeza, complejidad y belleza. El proceso de creación de una pieza de filigrana es un verdadero arte que requiere habilidad, paciencia y una dedicación extraordinaria. Exploremos los pasos que transforman simples hebras de metal en joyas impresionantes.

Selección de materiales

Todo empieza con la elección del material. Las piezas de filigrana suelen estar hechas de metales preciosos, como el oro o la plata. En Portugal se utiliza mucho en este arte la plata de ley 925 y el oro de 19,2 quilates. Estos metales se eligen por su maleabilidad y su capacidad para mantener su forma después de haber sido trabajados en hilos finos.

Fusión y Laminación

El metal elegido se calienta hasta que se vuelve líquido y luego se vierte en moldes para formar barras o lingotes. Luego, estas barras pasan por laminadores para reducirlas a láminas delgadas. El proceso continúa estirando estas láminas hasta que se convierten en alambres muy delgados, a menudo de menos de un milímetro de espesor. El metal (oro o plata) se coloca en el crisol que se calienta en la fragua a una temperatura de unos 900 grados centígrados hasta que se funde. Luego se retira el crisol con unas pinzas y se vierte el metal en una cresta de hierro que le da la forma de una barra larga. La lámina así obtenida se martilla y se estira hasta convertirla en lámina. Se pasa el modelo del dibujo a esta lámina, y posteriormente se corta o aserra la lámina.

Nacimiento de piezas de filigrana

Creación de hilo

Los hilos son el alma de la filigrana. Se crean a partir de láminas enrolladas, que se estiran y enrollan hasta alcanzar la delgadez deseada. Luego, estos hilos se tuercen en pares, procedimiento que les otorga la resistencia necesaria para el siguiente paso. El alambre obtenido por colada y colada en una máquina de alambre se golpea sobre el yunque y la primera reducción de espesor se realiza en la máquina de trefilado. Tras conseguir el tamaño deseado, se forma sobre el troquel o damasco y, finalmente, se estira sobre los llamados rubíes -piezas de herramienta más anchas que el troquel- que permiten obtener hilos con espesores inferiores a 0,2 mm.

Diseño y Estructura

Antes de comenzar a montar la pieza, el orfebre diseña el patrón de filigrana. Estos diseños suelen inspirarse en motivos tradicionales como corazones, flores y espirales. La estructura de la pieza está realizada con hilos más gruesos, que forman la base sobre la que posteriormente se aplicarán los hilos finos. El dibujo debe ser preciso y claro y proporcionar todos los datos necesarios para una correcta lectura y transposición al metal. Pueden ser dibujos libres, intuitivos, fruto de la observación y reproducción del artesano, o dibujos simples sin tener en cuenta cuestiones más complejas y completas que impone el dibujo técnico. El dibujo debe seguir una escala lo más realista posible, para evitar errores de transposición sobre la pieza, mediante interpretaciones incorrectas y proyecciones que comprometan la perfecta representación de la pieza dibujada. Actualmente, en algunos talleres de orfebrería y diseñadores que diseñan piezas más contemporáneas, los métodos se están transformando y paulatinamente informatizando. Sin embargo, para piezas más tradicionales se utilizan debuxos “antiguos” conservados religiosamente por el orfebre (o, no pocas veces) imágenes guardadas en la memoria de orfebres más antiguos. Por tanto, el punto de partida para crear una pieza de filigrana comienza con el dibujo, generalmente realizado sobre una hoja de papel por el propio artesano o seleccionado por él entre una panoplia de dibujos preexistentes y bien conservados en talleres tradicionales.

Nacimiento de piezas de filigrana

Montaje y Soldadura

La etapa de montaje es una de las más delicadas. Los alambres delgados se cortan y se les da forma para encajar perfectamente en los espacios de la estructura principal. Este trabajo requiere extrema precisión y un gran ojo para los detalles. Una vez que los cables están en su lugar, se aseguran con pequeños puntos de soldadura, que se aplican con una llama fina. Esta soldadura debe realizarse con mucho cuidado para no derretir los delicados alambres. El proceso consiste en mojar la pieza en agua o un tipo de goma y verter soldadura sobre la pieza (utilizando goma). Es una operación difícil y requiere mucha experiencia y conocimientos para llevarse a cabo bien. El artesano suelda con soplete y el objetivo final de esta tarea es combinar los diferentes componentes de la pieza sin que la soldadura quede visible.

Acabado, Limpieza y Pulido

Después de soldar, la pieza se sumerge en soluciones químicas para eliminar los residuos de soldadura y las impurezas. Este proceso de limpieza es crucial para asegurar que la pieza mantenga su brillo y pureza. Posteriormente la pieza se pule manualmente para obtener un acabado perfecto. El pulido resalta la belleza intrínseca del metal y aporta a la pieza su brillo característico. Cabe destacar que las piezas de filigrana, después de ser soldadas, se oxidan y ensucian, teniendo que ser recocidas nuevamente. Para ello se colocan varias piezas en un recipiente que se calienta en la fragua a altas temperaturas. Después de enfriar, las piezas se bañan en una solución de agua con ácido sulfúrico hirviendo, 3 o 4 veces, hasta que toman el color plateado. Luego se frota la pieza con un cepillo metálico muy fino con agua y detergente, hasta que quede brillante, o se pule mediante máquina de bolas o pulidora magnética. Finalmente, la pieza pasa a la secadora donde será secada.

Control de calidad

Antes de ser considerada lista, cada pieza pasa por un riguroso control de calidad. El orfebre examina cuidadosamente las joyas para asegurarse de que no tengan defectos ni imperfecciones. Este paso es crucial para garantizar que cada pieza de filigrana mantenga los altos estándares de calidad por los que la joyería portuguesa es conocida y reconocida en todo el mundo.

Nacimiento de piezas de filigrana

Comercialización

Finalmente, una vez realizados todos los pasos anteriores, las piezas están listas para ser vendidas.
Las joyas de filigrana suelen presentarse en tiendas especializadas como orfebrerías, ferias de artesanía y exposiciones de joyería. Cada pieza es una obra de arte única, que lleva consigo la tradición y la habilidad de generaciones de artesanos.
En Lusijoia, disponemos de una amplia gama de Joyería en Filigrana Portuguesa, desde anéis, colares, pulseiras, brincos, etc.

Nacimiento de piezas de filigrana

Conclusión

El proceso de creación de una pieza de filigrana es un viaje complejo y fascinante, que combina técnicas ancestrales con el arte y la pasión de los orfebres tradicionales. Cada paso, desde la selección del material hasta el control de calidad, se lleva a cabo con meticuloso cuidado. Esta minuciosa artesanía da como resultado joyas inmensamente hermosas, pero que también representan el rico patrimonio cultural de Portugal. Conocer este proceso nos permite apreciar aún más el valor y la belleza de las piezas de filigrana, verdaderas obras de arte que trascienden el tiempo.

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